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Abr 2013 

Cómo afectan las vacaciones tu vida diaria: El síndrome post vacacional

 

Todos necesitamos vacaciones, tomarnos un tiempo de descanso y desconectarnos de la rutina del trabajo. Estos días nos sirven para olvidarnos del estrés, relajarnos, recuperar las energías perdidas y regenerar mente y cuerpo. Desde esta perspectiva, las vacaciones son muy positivas. Sin embargo, cuando nos corresponde regresar al trabajo, a veces nos sentimos desconectados, desorganizados, nos cuesta retomar la rutina laboral. Se trata del síndrome post vacacional y ahora, desde nuestra compañía de seguros, te diremos cómo afrontarlo.

¿Qué es el síndrome post vacacional?

En realidad, el síndrome post vacacional aún no está incluido en el Manual Diagnóstico de las Enfermedades Mentales pero su difusión entre la población es tal que la mayoría de los psicólogos están completamente seguros del diagnóstico. Este problema se manifiesta lo mismo a través de síntomas físicos que neuropsicológicos, algunos de los más frecuentes son: cansancio, fatiga, somnolencia, insomnio, dificultad para concentrarse, palpitaciones, dolores de cabeza, irritabilidad, tristeza y falta de interés en las cosas que normalmente resultaban atractivas.

Muchos especialistas consideran que este problema no es más que una respuesta ante la necesidad de volver a adaptarse al trabajo y a una realidad que no nos resulta tan atractiva como la que estábamos viviendo anteriormente. También influye el hecho de que durante las vacaciones ocurre un cambio en los hábitos de vida y de sueño, lo cual suele generar una alteración del ritmo biológico. Obviamente, mientras más largas sean las vacaciones, más probabilidades habrán de padecer alguno de los síntomas descritos pero incluso el receso de Navidad puede dar lugar a esta problemática.

Cinco consejos para manejar el síndrome post vacacional

El primer paso para aliviar los síntomas es comprender de dónde provienen, es decir, ser conscientes de que estamos sufriendo el síndrome post vacacional.

  • Regresar a la rutina de forma progresiva. De esta forma le darás tiempo a tu reloj biológico de adaptarse a los nuevos cambios. Por supuesto, no se trata de entrar a trabajar más tarde sino de ir adecuando la rutina cotidiana durante los últimos días de las vacaciones.
  • Eliminar el pensamiento de que las vacaciones se contraponen al trabajo. En realidad, durante los fines de semana también te puedes relajar y compartir con la familia por lo que las vacaciones no terminan necesariamente con la entrada al trabajo.
  • Comprender que los síntomas son pasajeros. No te ahogues en un vaso de agua, el hecho de que hoy te sientas mal no significa que mañana te sentirás igual. Normalmente los síntomas del síndrome post vacacional no suelen durar más de quince días.
  • Organizar las primeras jornadas de trabajo para evitar el agobio. Después de varios días de vacaciones de seguro el trabajo se habrá acumulado pero en vez de preocuparte por ello, planifica una serie de actividades que te permitan “ir entrando en calor”. Jamás tomes decisiones importantes durante estos días.
  • Organizar actividades placenteras durante los primeros días de trabajo. No te sumerjas de una vez y por todas en la vorágine de trabajo, planifica alguna salida durante la noche, quizás para ver una película, salir a cenar o ir al teatro. De seguro te ayudará a aliviar la tensión.