¿Cómo será el seguro para los coches autónomos?

Cuando los coches autónomos se adueñen de las carreteras, los seguros cambiarán. Te contamos cuáles son algunas de las coberturas imprescindibles de las pólizas para coches autónomos.

Quizá no ocurra mañana ni durante los próximos cinco años, pero los coches autónomos ya son una realidad y poco a poco se irán adueñando de las carreteras puesto que todo indica que son capaces de reducir considerablemente los accidentes de tráfico. En ese escenario, las aseguradoras necesitarían cambiar sus pólizas, incluyendo nuevas coberturas que prevean escenarios completamente nuevos.

¿Qué coberturas necesitarán los vehículos autónomos?

Los seguros de coches no desaparecerán con los modelos autónomos ya que, si bien se espera que los accidentes se reduzcan aproximadamente en un 90%, siempre existe el riesgo de que se produzcan colisiones. No obstante, estos seguros serán más sencillos y es probable que solo se limiten a cubrir la responsabilidad civil, por lo que también es previsible que sean más económicos que los actuales ya que el nivel de riesgo que deben cubrir las aseguradoras es menor.

En el Reino Unido ya se ha lanzado un seguro para coches autónomos que cubre una serie de daños y fallos en diferentes circunstancias. Algunas de las coberturas de esta póliza prevén los fallos que se pueden producir debido a que el propietario no ha actualizado el software cuando le llegó la notificación. Otras coberturas incluyen los problemas derivados de la desconexión del sistema de navegación debido a un fallo satelital, así como posibles fallos provocados por un hackeo o un funcionamiento inadecuado del sistema operativo.

En caso de accidente, ¿de quién es la responsabilidad?

La masificación del coche autónomo también dará lugar a cambios en las leyes, en aras de regular esta nueva situación en la que el conductor pasa a ser un ocupante del vehículo. No obstante, es importante partir de las diferencias desde el punto de vista legal que existen entre los conceptos de responsabilidad y culpa.

La culpa indica quién ha comenzado el accidente, como por ejemplo: el conductor que colisionó contra otro vehículo porque no respetó el rojo del semáforo. La responsabilidad se refiere a quién asume los gastos ocasionados por el accidente. En el caso de los coches autónomos puede haber tres posibles responsables: el ocupante, el fabricante del vehículo o el desarrollador del software.

Obviamente, si el coche es completamente autónomo el ocupante no puede asumir la responsabilidad, por lo que es necesario determinar si se ha tratado de un problema de fabricación o de algoritmo. Dado que ese proceso de delimitación de la responsabilidad podría ser largo y complejo, lo más conveniente es que el fabricante del vehículo asuma plenas responsabilidades, tal y como harán Mercedes Benz y Volvo con sus coches autónomos.

Sin embargo, debemos tener claro que el hecho de que los fabricantes asuman la responsabilidad no significa que el ocupante siempre quedará exonerado de culpa, sobre todo porque es más probable que los accidentes se deban a descuidos humanos, como no actualizar el software, que a problemas técnicos.