Seis señales que indican que tu bici tiene problemas en los frenos
Si los frenos de tu bici no funcionan o funcionan mal, estarás poniendo en peligro tu seguridad. Por eso, es importante mantenerse atentos a las pequeñas señales que indican que es necesario ajustarlos.
Tener los frenos en buen estado es una garantía extra de seguridad cuando vas en bici. Además, si la separación entre las pastillas de freno y la llanta es óptima y las manetas funcionan a la perfección, notarás que puedes pedalear con mayor libertad y la frenada en marcha te transmitirá una mayor sensación de estabilidad, algo que no ocurre cuando se producen roces. Sin embargo, para lograr que los frenos funcionen adecuadamente, debes mantenerte atento a las señales que indican un desgaste o un acoplamiento inadecuado.
¿Cómo saber cuándo necesitas ajustar los frenos?
- Chirrido al frenar. Si al frenar escuchas un molesto chirrido, bastante similar al que se produce cuando las llantas están mojadas, es porque las pastillas de freno no se encuentran en la posición adecuada. Tendrás que alinearlas.
- Pastillas de freno desgastadas. Si las pastillas de freno ya están lisas, no brindarán el agarre necesario para la frenada. Ese desgaste se puede notar a simple vista, en algunos casos incluso podrás ver el metal que las sostiene, señal de que están completamente consumidas. Obviamente, en este punto es vital cambiarlas cuanto antes ya que no solo dañarán las llantas sino que también estarás poniendo en riesgo tu seguridad.
- Manetas de freno demasiado recias. Este problema suele avanzar de manera progresiva, por lo que muchos ciclistas solo se dan cuenta cuando las manetas están tan recias que les cuesta frenar. No obstante, puedes notarlo mucho antes si te fijas en el movimiento de las manetas ya que estas suelen tardar más en volver a su posición inicial. La causa puede estar en las fundas o los cables sucios, por lo que solo tendrás que extraerlos, limpiarlos y lubricarlos.
- Pastillas de freno demasiado pegadas a la llanta. Cuando la llanta no gira libremente, es probable que se deba a que la pastilla de freno la está rozando. En ese caso, sentirás que te cuesta más trabajo pedalear. Normalmente esto se debe a que las pastillas no están bien ajustadas, aunque en otros casos podría ser por un problema en la llanta, que puede haberse deformado ligeramente al girar.
- Manetas de freno rozando el manubrio. Se trata de una situación muy común: cuando accionas las manetas de freno, estas hacen contacto con el manubrio y te impiden frenar con eficacia. Este problema puede tener dos causas, o bien los brazos de los frenos están demasiado abiertos o las pastillas de freno están muy separadas de la llanta.
- Brazos de freno que no vuelven a su posición inicial. Se trata de un problema que, antes o después, tienen todas las bicicletas, sobre todo si no se les brinda el mantenimiento adecuado. Notarás que al accionar las manetas de freno, uno o los dos brazos que sostienen las pastillas de freno no regresan a su posición original sino que se quedan atascados. Esto suele deberse a que los resortes que los sostienen han perdido fuerza, generalmente debido al uso o la antigüedad. No obstante, también puede ser que los frenos estén mal calibrados.