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Feb 2015 

Tres mitos sobre la nutrición completamente falsos que debes conocer

Somos lo que comemos, afirma un antiguo proverbio popular de rabiosa actualidad. De hecho, en los últimos años hemos tomado conciencia del papel que desempeña la nutrición en la aparición de diferentes enfermedades y sabemos que un estilo de vida saludable pasa por una dieta equilibrada. Sin embargo, no es difícil caer en la trampa que nos tienden los mitos populares o determinadas creencias que no tienen un respaldo científico y que nos llevan a tomar malas decisiones en materia de nutrición.

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  • Es necesario comer cada 2 o 3 horas

Varios regímenes dietéticos indican que es necesario comer cada 2 o 3 horas, sobre todo si queremos perder peso. Esta idea parte del hecho de que si comemos con frecuencia pequeñas porciones, no llegaremos tan ansiosos a la próxima comida, de forma que nos resultará más fácil controlar el apetito y, por ende, adelgazar.

Sin embargo, un experimento realizado en la Universidad de Ottawa con personas que seguían diferentes tipos de dietas para perder peso desveló que no había diferencias significativas entre aquellas que comían cada 2 o 3 horas y las que comían menos pero cantidades más abundantes. Por consiguiente, los especialistas recomiendan comer solo cuando tengamos un poco de hambre pero asegurándonos de elegir los alimentos más nutritivos y sanos.

  • El colesterol es malo

En los últimos años se ha emprendido una cruzada contra el colesterol que ha dado pie a la creencia de que las grasas se deben evitar a toda costa. Sin embargo, existe un colesterol “malo” (LDL), que está compuesto por lipoproteínas de baja densidad que provienen de las grasas animales y algunos aceites vegetales y se acumulan en las arterias. Aunque también existe un colesterol “bueno” (HDL), compuesto por lipoproteínas de alta densidad que se encargan de limpiar las arterias y han sido relacionadas con un bajo riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y problemas cardiovasculares.

Por consiguiente, no se trata de eliminar las grasas de nuestra dieta porque nuestro organismo las necesita para funcionar adecuadamente y son una excelente fuente de energía. De hecho, se ha apreciado que una dieta demasiado baja en grasas en realidad aumenta los niveles de triglicéridos y sube el colesterol malo. Así, los expertos recomiendan incluir las grasas en la dieta pero en su justa medida y siempre priorizando aquellos alimentos que contengan las grasas buenas.

  • La carne es dañina y se descompone en el colon

La carne roja ha sido uno de los alimentos más controvertidos de los últimos tiempos. Muchos afirman que es dañina pero un estudio realizado en la Harvard School of Public Health analizó los resultados de 20 experimentos que incluían a más de 1 millón de personas y concluyó que la carne procesada puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares, pero no la carne fresca.

De hecho, la carne nos aporta muchísimos nutrientes y proteínas de alto valor biológico que es difícil encontrar en otras fuentes alimenticias. Además, la carne no se descompone en el colon, como muchos piensan. Nuestro cuerpo es capaz de digerir y absorber todos sus nutrientes sin problemas. Primero actúan los ácidos estomacales y luego las enzimas digestivas, para romper las proteínas de la carne. Luego estas pasan al cuerpo a través de la pared digestiva, como ocurre con el resto de los alimentos. Por consiguiente, la creencia de que la carne se descompone en el colon es solo un mito.

Fuentes:
Cameron, J. D. et. Al. (2010) Increased meal frequency does not promote greater weight loss in subjects who were prescribed an 8-week equi-energetic energy-restricted diet. The British Journal of Nutrition; 103(8): 1098-1101.
Micha, R. et. Al. (2010) Red and processed meat consumption and risk of incident coronary heart disease, stroke, and diabetes mellitus: a systematic review and meta-analysis. Circulation; 121(21): 2271-2283.
Elizabeth J. Parks et. Al. (1999) Effects of a low-fat, high-carbohydrate diet on VLDL-triglyceride assembly, production, and clearance. Journal of Clinical Investigation; 104(8): 1087–1096.
Brinton, E. A. et. Al. (1990) A low-fat diet decreases high density lipoprotein (HDL) cholesterol levels by decreasing HDL apolipoprotein transport rates. Journal of Clinical Investigation; 85(1): 144–151.