genesis
Jul 2014 

¿Por qué es importante pesarse regularmente?

El peso corporal es un indicador de salud. Desde el mismo momento en que nacemos nos acompañan tablas de percentiles que indican si estamos dentro de la norma o si, al contrario, corremos algún tipo de riesgo. Al crecer, el peso pasa a ocupar un papel secundario y muchas personas se divorcian de la pesa. Sin embargo, lo cierto es que mantener bajo control nuestro peso es fundamental.

Tres razones de peso para subirse a la báscula

Normalmente solo las embarazadas y las personas que están a dieta se pesan con regularidad, el resto suele obviar la existencia de la báscula. Sin embargo, conocer tu peso es muy importante porque te permite:

1.    Concientizar que es necesario cuidar el cuerpo. Pesarse con regularidad te ayudará a tomar conciencia de lo importante que es cuidar tu cuerpo, no solo en lo que respecta a los kilos de más sino también en lo referente a los hábitos de vida.
2.    Mantener el peso ideal. Si te pesas con frecuencia, podrás detectar cualquier aumento en el peso y corregirlo inmediatamente realizando los cambios pertinentes en tu dieta o estilo de vida. Ten en cuenta que es más fácil eliminar ese kilo que has ganado durante la semana que perder todos los kilos que has ganado a lo largo de varios meses.
3.    Detectar un problema de salud. Pesarse con asiduidad también te permitirá descubrir cualquier disminución inusual en tu peso, lo cual puede ser síntoma de alguna enfermedad. Por tanto, podrás acudir inmediatamente al médico para buscar sus causas.

¿Cómo y cuándo pesarse?

Lo ideal es que te peses una vez a la semana, siempre el mismo día y, de ser posible, a la misma hora. Puedes crear el hábito de subirte a la báscula por la mañana, apenas te levantes y en ayunas. De esta manera tendrás el aparato digestivo libre de alimentos y hay menos probabilidades de que estés reteniendo líquidos.
Considera además que debes utilizar siempre la misma báscula, así evitarás los errores causados por las diferencias de calibración. También se recomienda que te peses desnudo o llevando un pijama muy ligero ya que la ropa puede añadir varios gramos a tu peso.
En el caso de las mujeres, deben considerar que durante la semana anterior a la menstruación su peso puede aumentar hasta dos kilos ya que en esta etapa suelen retener líquidos. También es desaconsejable que te peses después de haber hecho actividad física ya que habrás perdido líquidos y el peso que te devolverá la báscula será inferior al real.

Y después… ¿qué?

Existen diferentes medidas antropométricas, entre ellas el Índice de Masa Corporal, que nos indica cuánto deberíamos pesar en relación con nuestra altura. Obviamente, esta medida tiene sus limitaciones ya que no comprende el aumento de la masa muscular o la edad. Por eso, más allá de las cifras, debes saber que una persona con un ligero exceso de peso pero que realice actividad física regularmente tendrá menos riesgo de padecer determinadas enfermedades que una persona cuyo peso esté en la norma pero que lleve un estilo de vida sedentario. Por tanto, el peso saludable no es simplemente un número en la báscula sino un estilo de vida.

El peso corporal es un indicador de salud. Desde el mismo momento en que nacemos nos acompañan tablas de percentiles que indican si estamos dentro de la norma o si, al contrario, corremos algún tipo de riesgo. Al crecer, el peso pasa a ocupar un papel secundario y muchas personas se divorcian de la pesa. Sin embargo, lo cierto es que mantener bajo control nuestro peso es fundamental.

Tres razones de peso para subirse a la báscula

Normalmente solo las embarazadas y las personas que están a dieta se pesan con regularidad, el resto suele obviar la existencia de la báscula. Sin embargo, conocer tu peso es muy importante porque te permite:

1.     Concientizar que es necesario cuidar el cuerpo. Pesarse con regularidad te ayudará a tomar conciencia de lo importante que es cuidar tu cuerpo, no solo en lo que respecta a los kilos de más sino también en lo referente a los hábitos de vida.

2.     Mantener el peso ideal. Si te pesas con frecuencia, podrás detectar cualquier aumento en el peso y corregirlo inmediatamente realizando los cambios pertinentes en tu dieta o estilo de vida. Ten en cuenta que es más fácil eliminar ese kilo que has ganado durante la semana que perder todos los kilos que has ganado a lo largo de varios meses.

3.     Detectar un problema de salud. Pesarse con asiduidad también te permitirá descubrir cualquier disminución inusual en tu peso, lo cual puede ser síntoma de alguna enfermedad. Por tanto, podrás acudir inmediatamente al médico para buscar sus causas.

¿Cómo y cuándo pesarse?

Lo ideal es que te peses una vez a la semana, siempre el mismo día y, de ser posible, a la misma hora. Puedes crear el hábito de subirte a la báscula por la mañana, apenas te levantes y en ayunas. De esta manera tendrás el aparato digestivo libre de alimentos y hay menos probabilidades de que estés reteniendo líquidos.

Considera además que debes utilizar siempre la misma báscula, así evitarás los errores causados por las diferencias de calibración. También se recomienda que te peses desnudo o llevando un pijama muy ligero ya que la ropa puede añadir varios gramos a tu peso.

En el caso de las mujeres, deben considerar que durante la semana anterior a la menstruación su peso puede aumentar hasta dos kilos ya que en esta etapa suelen retener líquidos. También es desaconsejable que te peses después de haber hecho actividad física ya que habrás perdido líquidos y el peso que te devolverá la báscula será inferior al real.

Y después… ¿qué?

Existen diferentes medidas antropométricas, entre ellas el Índice de Masa Corporal, que nos indica cuánto deberíamos pesar en relación con nuestra altura. Obviamente, esta medida tiene sus limitaciones ya que no comprende el aumento de la masa muscular o la edad. Por eso, más allá de las cifras, debes saber que una persona con un ligero exceso de peso pero que realice actividad física regularmente tendrá menos riesgo de padecer determinadas enfermedades que una persona cuyo peso esté en la norma pero que lleve un estilo de vida sedentario. Por tanto, el peso saludable no es simplemente un número en la báscula sino un estilo de vida.