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Abr 2018 

Kakeibo: La fórmula japonesa para ahorrar

Si quieres ahorrar pero te parece una misión imposible, este método japonés te brinda una estrategia sencilla y práctica con la que muchas personas ya han logrado reducir hasta en un 35% sus gastos mensuales.

Con un trabajo precario, los altos precios de los alquileres o una familia que mantener, ahorrar un poco a fin de mes puede parecer una tarea imposible. El último informa del INE revela que el 38% de los hogares españoles no tienen un colchón económico que les permita hacer frente a los imprevistos. Con una tasa de ahorro que representa un 6,1% de la renta disponible, no cabe dudas de que ahorrar es difícil, la solución podría estar en un antiguo método japonés llamado kakeibo.

La contabilidad a escala doméstica

El kakeibo significa, literalmente, “libro de cuentas para el ahorro doméstico”. Su inventora fue Hani Motoko, la primera periodista de Japón, y data de 1904, aunque el método sigue teniendo plena vigencia ya que es muy eficaz para ahorrar, aunque al principio puede resultar un poco laborioso. Básicamente, tendrás que plasmar por escrito todos tus movimientos de dinero para saber exactamente cuáles son tus gastos y qué porcentaje puedes destinar al ahorro.

La clave del éxito, sobre todo para las familias, consiste en llevar un control estricto de las cuentas, como si fueras una empresa. Todo queda registrado, lo cual implica que tendrás que tener mucha disciplina. La idea no es que te limites haciendo grandes sacrificios, sino que descubras los gastos superfluos y los elimines o reduzcas. Quienes ya han aplicado este método afirman que han logrado reducir hasta en un 35% sus gastos mensuales, por lo que tienen un mayor margen de ahorro, aunque es cierto que ese margen dependerá de tus ganancias.

¿Cómo aplicar el método kakeibo?

El método tradicional se realiza llevando una libreta de ganancias y gastos, aunque ya existen aplicaciones como Kakeibo que te permitirán automatizar el proceso. Cuando cobres, debes apuntar tus ingresos, así como los gastos fijos que tendrás a lo largo del mes. Debes identificar los gastos imprescindibles destinados a pagar el alquiler o la hipoteca, las facturas del hogar, la compra de alimentos o medicinas… Y dejar una cantidad apartada para hacerle frente a un posible contratiempo.

Entonces podrás ver el presupuesto que te queda disponible. Repártelo en diferentes áreas, como salir a comer fuera, comprar ropa, ir al cine, hacer regalos, comprar libros… Y por supuesto, ahorrar. Conforme vayan pasando los días, debes ir anotando tus gastos en esa libreta.

Puedes usar el primer mes para calcular tus gastos fijos y estimar los variables, así como para detectar las áreas en las que puedes ahorrar. La cesta de la compra puede ser una de ellas: decantarte por alimentos de marcas blancas puede suponer un ahorro de entre un 35 y 45%, sin que ello signifique necesariamente renunciar a la calidad. Si te gusta leer, por ejemplo, invertir en un eReader te permitirá comprar libros electrónicos a un precio más económico. En muchos casos, para ahorrar tan solo es necesario cambiar algunos hábitos de compra y consumo.