GLP y los nuevos combustibles
La ingente necesidad de recurrir a los nuevos combustibles no solo depende del aumento del precio de la gasolina en los últimos años sino también a la escasez de petróleo y la importancia de preservar el medio ambiente disminuyendo los coches con motores a gasolina y diesel. Por eso los fabricantes de coches y los estados dirigen su mirada a nuevos combustibles que sean más económicos y respeten el ambiente.
Los gases combustibles: Una nueva meta para alimentar los coches
Para los españoles se trata de nuevos combustibles pero lo cierto es que, aparte del hidrógeno, en la mayoría de los países europeos se viene apostando desde hace varios años por el GPL y el metano. No obstante, en España, debido fundamentalmente a motivos fiscales, no ha sido hasta hace poco que se han comenzado a introducir estos combustibles.
Tanto el GPL como el metano son sustancias que se encuentran en los mismos pozos de petróleo o que se obtienen a partir dl proceso de refinación del mismo. Sustancialmente, se trata de hidrocarburos puesto que están compuestos por hidrógeno y carbono que, al quemarse, liberan agua y CO2.
Lo interesante de apostar por estos combustibles es que no es necesario disponer de un coche especial, con el consecuente gasto que esto implica. El mismo motor a gasolina puede funcionar perfectamente con el GPL y el metano. Solo se debe realizar una pequeña modificación al sistema de alimentación y almacenamiento. En esencia, se instala un botellón a presión para el gas y un sistema de inyección (que será específico para cada tipo de gas ya que ambos no tienen las mismas características).
Por ejemplo, el metano se almacena a una presión mucho más alta, que ronda los 300 Bar. Por eso el tanque de almacenamiento debe de ser más seguro y grande, en aras de garantizar una mayor autonomía. De hecho, con un litro de GPL se recorren más o menos los mismos kilómetros que con un litro de gasolina pero con un metro cúbico de metano se recurre la mitad de la distancia.
El hidrogeno es un caso aparte ya que se trata de un combustible nuevo que no se encuentra en la naturaleza y debe producirse de forma artificial. El proceso de producción requiere mucha energía y el almacenamiento es muy complicado por lo que aún no se ha difundido mucho y de seguro no lo hará hasta que no se solventen estos obstáculos.
Mitos populares sobre los nuevos combustibles
En el imaginario popular se han asentado varios mitos sobre el uso de estos nuevos combustibles, algunos tienen una base real y otros no. Por ejemplo, es cierto que se recorren menos kilómetros y que los motores pierden un poco de potencia.
No obstante, no es cierto que los modernos sistemas de almacenamiento no son seguros. Además, tampoco es cierto que los motores a gas se rompen con más frecuencia. De hecho, son más duraderos ya que su combustión no produce residuos sólidos que terminan dañando el motor. Eso sí, la instalación del sistema de alimentación a gas se debe realizar en un taller especializado para estar seguros de que todo funciona a la perfección.