Estrés y conducción: Enemigos al volante de un coche
No hay duda alguna de que estamos viviendo una época particularmente estresante marcada por un panorama de incertidumbre e inestabilidad económica. Sin embargo, el estrés es muy mal consejero y la conducción no se escapa a esta realidad. De hecho, se conoce que entre un 15 y un 20% de los accidentes de coche que ocurren están vinculados de manera directa o indirecta al estrés.
Las estadísticas no mienten: se estima que situaciones como la muerte de un ser querido, un divorcio o problemas graves en el trabajo pueden duplicar o incluso triplicar las posibilidades de sufrir un accidente de coche. Obviamente, podemos estar seguros de que la crisis económica no ayuda, en España aproximadamente el 66% de las personas que viven los síntomas del estrés indican que su causa son los problemas con el trabajo.
¿Qué es exactamente el estrés y cuáles son sus síntomas?
El estrés es una de esos conceptos que ha pasado a formar parte del vocabulario popular desvirtuando su verdadera esencia. En el ámbito psicológico, el estrés se comprende como una respuesta ante una situación que sobrepasa nuestros recursos. Es decir, es la manera en que respondemos a diferentes situaciones que nos causan temor, ansiedad o angustia y que no sabemos o no estamos seguros de cómo manejar.
En este punto se podrá comprender que existen diferentes niveles de estrés y que cada cual reaccionará de manera diversa. No obstante, se puede hacer referencia a algunos síntomas usuales del estrés que normalmente se manifiestan en todas las personas:
- Depresión o ansiedad
- Irritabilidad e impulsividad
- Incapacidad para concentrarse y problemas de memoria
- Fatiga, cansancio y apatía
- Insomnio y cambios en el apetito
Cuando el estrés es sostenido, es decir, cuando está presente desde hace mucho tiempo, de seguro aparecerán síntomas físicos como los dolores de cabeza, las contracciones musculares, las úlceras, las palpitaciones o las enfermedades de la piel.
¿Cómo afecta el estrés la conducción?
Los comportamientos y las actitudes de una persona estresada cuando se pone al volante de su coche han sido objeto de múltiples estudios. Se conoce que este conductor suele ser más agresivo y competitivo por lo que de seguro enfrentará mayores peligros en la carretera. Esto se debe a que su percepción del riesgo disminuye y, si a esto le sumamos que su percepción de los estímulos procedentes del medio también se reduce ostensiblemente, entonces podremos comprender por qué tiene mayores probabilidades de tener un accidente de coche.
Por otra parte, también se ha apreciado que las maniobras de los conductores estresados son más imprecisas, que no suelen mantener la distancia de seguridad reglamentaria y que normalmente violan muchas de las señales de tráfico.
Fuente: (2010, Abril) El impacto del estrés en el Tráfico y la Seguridad Vial. En: Revista Travesía.
