¿Es conveniente contratar una extensión de garantía?
¿Sabías que el 60% de las fallas que tienen los productos electrónicos que llegan a los talleres de reparación están causadas por la falta de atención y cuidado de los propietarios? Solo un 40% de los equipos estropeados tienen defectos de fabricación. Por eso, es conveniente preguntarse si realmente vale la pena contratar una extensión de garantía.
Cuando compramos un ordenador, un portátil o un smartphone casi siempre nos proponen contratar una extensión de la garantía. De hecho, en los últimos años esta modalidad también se ha puesto de moda en el sector automovilístico. Sin embargo, muchas personas consideran que no es necesario pagar un precio adicional si, a fin de cuentas, el artículo tiene una garantía mínima de dos años por ley. No obstante, hay casos en los que esa extensión puede ser conveniente.
¿Qué es una extensión de garantía?
Ante todo, debes saber que la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios indica que todo producto nuevo tiene una garantía legal de dos años, un periodo de tiempo en el que puedes reclamar por cualquier defecto de fabricación o mal funcionamiento de una de las partes. Además, puedes exigirle al vendedor la reparación o sustitución del producto, todo de forma gratuita. Y si no estás conforme, puedes solicitar un reembolso.
No obstante, la extensión de garantía es aquella en la que el vendedor o el fabricante brindan una protección extra, ya sea en términos de tiempo o de coberturas. Así, se puede ampliar la garantía por otros dos años o cubrir problemas que no estén previstos en la garantía original. Una extensión de garantía para coches, por ejemplo, puede incluir la asistencia mecánica en caso de avería y la asistencia en la carretera durante dos o tres años más después de que la garantía original haya vencido.
¿Cuándo es recomendable contratar una extensión de garantía?
En sentido general, la extensión de garantía suele representar un 15% del precio del producto, por lo que es conveniente valorar si es realmente necesaria. De hecho, según una encuesta realizada por el Centro de Investigación Nacional de Consumer Reports, el 55% de los compradores que han adquirido una garantía extendida no han tenido que utilizarla, lo cual se debe a que la mayoría de los productos que se comercializan en la actualidad son resistentes y duraderos, por lo que si no se rompen durante su primer año debido a un defecto de fabricación, es probable que duren muchos años más.
Aún así, puede ser ventajoso contratar una extensión de garantía cuando se trata de productos muy caros, cuya reparación implica un gran gasto, y que pretendemos seguir usando con frecuencia durante mucho tiempo. Solo en esos casos se puede compensar el precio de la garantía.
Al contrario, no es recomendable contratarla si la reparación no es muy costosa o si sabes que al cabo de tres o cuatro años es más conveniente comprar un modelo nuevo, que probablemente también consuma menos y tenga más funcionalidades.
¡Cuidado con la letra pequeña!
Antes de firmar cualquier contrato, es conveniente leer la letra pequeña. Asegúrate de conocer las condiciones y, sobre todo, las coberturas que tiene la garantía, tanto la original como la extendida. Recuerda que en algunas ocasiones la letra pequeña tiene tantas excepciones que resulta difícil hacer valer la garantía si el artículo llegara a estropearse.
Fuente:
(2014, marzo) Garantías extendidas: Una apuesta muy cara. En: Consumer Reports.