El seguro de decesos: ¿Cuándo es conveniente?
La muerte de un ser querido es uno de los mayores infortunios a los que nos vemos expuestos y aunque a menudo preferimos evitar este tema, lo cierto es que muchas personas eligen tomar cartas en el asunto para no dejar cabos sueltos cuando llegue el día final. De hecho, en España uno de los seguros más arraigados es el de decesos. Prácticamente en la mitad de los hogares existe una póliza de deceso, lo cual hace que casi el 70% de los entierros corran a cargo de las compañías de seguros.
¿Cómo funciona este tipo de seguro?
Una póliza de deceso funciona de manera bastante similar a los seguros de hogar. Es decir, las compañías de seguros disponen de un directorio de empresas con las cuales trabajan y la familia de la persona fallecida elige entre ellas. Cuando lo que se ha contratado es una prestación de servicios, la aseguradora también se debe encargar de todos los trámites burocráticos, así como de todos los detalles del sepelio. Recuerda leer atentamente las condiciones de la póliza porque en algunas se indica que si el costo de los servicios es menor al capital asegurado, los beneficiarios tienen derecho a recibir el dinero sobrante.
Hay otras pólizas que tienen solo un carácter indemnizatorio. En estos casos la compañía de seguros se limita a entregarle a la familia cierta cantidad de dinero, que ha sido previamente pactada en el contrato y que estará destinada a cubrir los costos funerarios.
Sacando cuentas
Las primas que se pagan por un seguro de deceso suelen ser muy bajas por lo que a menudo ni siquiera nos planteamos cancelarlo. La creencia que se repite de un extremo a otro del país es que si ya lo hemos pagado durante algunos años, no hay motivo para cancelarlo ya que saldríamos perdiendo. Sin embargo, se ha calculado que cada familia destina una media de 3,6 por cada mil euros gastados a este seguro. Después de varios años, podría convertirse en un gasto excesivo, sobre todo si se cuenta con otras pólizas.
Por ejemplo, el seguro de vida de Génesis no solo le garantiza un capital a las personas que hayas designado sino que también anticipa una parte de este para cubrir los gastos del sepelio, de gestoría y de liquidación de impuestos. Por tanto, antes de contratar un seguro de deceso, verifica que no tienes otra póliza que te ofrezca una cobertura similar ya que en ese caso estarías incurriendo en lo que se conoce como “sobreaseguramiento”; o sea, pagas dos veces por un mismo servicio.
No obstante, si aún así decides contratar este tipo de seguro, desde el punto de vista meramente económico la edad más adecuada para hacerlo es a partir de los 50 años. También deberás cerciorarte de que el contrato incluye la revalorización anual del capital, así no habrá desagradables sorpresas de última hora.