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Nov 2014 

El consumo colaborativo: Una nueva forma de vivir

Apostar por un consumo más sostenible no solo nos permite proteger el medio ambiente y reducir nuestra huella ecológica sino que también representa un ahorro para el día a día. Por eso, no es extraño que en plena crisis económica el consumo colaborativo haya tomado auge, una alternativa muy interesante que mezcla el ahorro con la solidaridad y la ecología.

¿Qué es realmente el consumo colaborativo?

Aunque el consumo colaborativo siempre ha existido, esta tendencia comenzó a tomar auge a raíz de la crisis económica, sobre todo en 2010. Básicamente, se trata de compartir y colaborar para aprovechar al máximo los bienes o materiales que tenemos a nuestro alcance. La idea en sí es muy antigua, en el pasado su equivalente eran los trueques, pero ahora el consumo colaborativo pasa a través de Internet.

Las personas que se suman al consumo colaborativo son conscientes de que no es necesario comprar determinados productos cuando estos se van a utilizar durante poco tiempo por lo que prefieren alquilarlos. Esta nueva forma de consumir implica reutilizar al máximo los productos para alargar su vida útil, lo cual también impacta positivamente en el medio ambiente.

No obstante, existen diferentes sistemas de consumo colaborativo. Por ejemplo, en los sistemas basados en el producto se paga por el uso (alquiler) de estos, mientras que en los mercados de distribución la persona redistribuye el producto, ya sea regalándolo, intercambiándolo o vendiéndolo. Por supuesto, al entrar a formar parte de esta gran comunidad, la confianza es esencial y prácticamente se convierte en la moneda de cambio.

Existen diferentes sitios web que facilitan la creación de estas comunidades. Por ejemplo, en el ámbito de la puericultura ComparToy permite elegir diferentes juguetes, pagar por ellos y que los niños los disfruten durante un periodo de tiempo determinado, mientras que Percentil es una tienda online donde se encuentra ropa para niños de segunda mano en perfecto estado.

El estilo de vida colaborativo

El consumo colaborativo traspasa la barrera de los productos para permear el estilo de vida. En España esta tendencia es cada vez más fuerte, de hecho, nuestro país se ha situado a la cabeza del mundo en lo que se refiere al coworking.

Al asumir un estilo de vida colaborativo, las personas ahorran compartiendo espacio, habilidades, tiempo o dinero con los demás. Pueden compartir oficina, como en el caso del coworking, compartir taxi o incluso brindar un sofá a los viajeros para que puedan dormir en sus casas, el famoso couchsurfing.

En los últimos tiempos también ha desembarcado en España los préstamos entre particulares, de la mano de Comunitae, una iniciativa que ya ha tenido éxito en el Reino Unido y en los Estados Unidos. Se trata de facilitarles a las personas pequeños créditos y, a la vez, permitirles a los pequeños inversores tener una rentabilidad más alta por cantidades que no superan los mil euros.