¿Cómo jugar correctamente con tu perro?
Al igual que los niños, los perros necesitan jugar porque es a través del juego que aprenden, descubren su entorno y desarrollan su inteligencia. Mientras tu mascota juega no solo se divierte sino que también comprende las reglas básicas de conducta, consolida sus vínculos afectivos con las personas del hogar y aprende a controlar su fuerza e instintos.
Además de potenciar sus destrezas, el juego también le permite liberar energía, lo cual le convertirá en un animal más tranquilo y feliz. Sin embargo, cuando no sabemos guiar el juego de nuestra mascota, esta puede adquirir hábitos destructivos o incluso agresivos.
El hábito de mordisquear
Los cachorros muerden por instinto porque la boca es una de las principales herramientas que tienen para conocer el mundo. Por eso juegan mordiendo los objetos que encuentran a su paso o incluso dándole pequeños mordiscos a otros cachorros. De hecho, cuando los perros son pequeños también tendrán la tendencia a mordisquear tus manos. En práctica, este comportamiento es bastante similar al que muestran los bebés cuando se llevan los objetos a la boca.
Durante los primeros meses es imposible eliminar por completo este hábito porque sería como cerrarle una puerta al aprendizaje. Sin embargo, podemos utilizarlo a nuestro favor. Por ejemplo, puedes dejar que te mordisquee las manos porque así aprende a controlar la fuerza de su mordida y, más adelante, no te morderá por un “error de cálculo”.
No obstante, durante esta etapa el juego no solo sirve para enseñarle al perro a regular su mordida sino también para delimitar el líder. Juega con tu mascota al “tira y afloja” pero cerciórate de que eres tú quien dirige el juego y si notas que asume una actitud desafiante o agresiva, deja de jugar. De esta forma comprenderá que tú eres el líder y que debe seguir tus órdenes.
Cinco consejos que no debes pasar por alto
- Jamás corras detrás de tu mascota para recuperar un juguete u objeto del que se haya apropiado. Si lo haces, le estarás dando a entender que él tiene el control y muy pronto hará lo que se le antoje. Por tanto, debes educarle para que sea él quien te lo traiga.
- Al menos una vez a la semana, elige un lugar apartado de la ciudad donde tu mascota pueda correr libremente y sin peligros. Así liberará energía y regresará a casa más dócil. Además, correr es beneficioso para su salud, tanto a nivel físico como psicológico.
- Recuerda que cada perro tiene sus juegos preferidos, a algunos les gusta correr detrás de una pelota, otros prefieren el frisbee y a otros les encanta rastrear. Aunque le propongas juegos nuevos, no olvides sus gustos.
- Limita el número de juguetes que tiene a su disposición porque tener muchos solo servirá para confundirle. Es suficiente con que dejes a su alcance tan solo tres o cuatro juguetes.
- Evita los juegos que sean demasiado competitivos, en los que el animal se vea obligado a emplear la fuerza, porque de esta manera solo estás fomentando la agresividad.