¿Cómo emplear bien los primeros 10 minutos en el trabajo?
Muchas personas se sienten agobiadas ante la idea de tener que comenzar una nueva jornada de trabajo. Los lunes son el día peor, tanto es así que incluso se ha acuñado el término “depresión de los lunes” para explicar esa sensación que genera retomar el trabajo después del fin de semana. Este malestar se debe, fundamentalmente, a la falta de motivación y al hecho de que no somos capaces de organizar eficazmente la jornada laboral. Por eso, una buena estrategia para combatir esas sensaciones negativas consiste en aprender a utilizar de manera productiva los primeros 10 minutos de trabajo.
La clave está en la planificación
No hay peor agobio que el de las tareas pendientes. Procrastinar nos agota, tanto desde el punto de vista físico como mental. Cuando llegamos al trabajo y vemos la cantidad de tareas que tenemos por delante, es normal que nos sintamos estresados y no sepamos ni por dónde empezar. Por eso es tan importante dedicar los primeros minutos a organizar la jornada. ¿Cómo hacerlo?
- Planifica las tareas del día. La vida moderna gira demasiado rápido y el trabajo no escapa a esta realidad por lo que a menudo nos exigimos más de lo que podemos dar. Emplea los primeros minutos del día en organizar las tareas de la jornada, y no solo las del trabajo sino también las de tu vida privada. En este momento lo más importante es que seas capaz de valorar con objetividad el tiempo y las fuerzas que tienes a tu disposición. No te plantees tareas que no podrás cumplir porque esto solo servirá para añadir un estrés innecesario y provocar un sentimiento de frustración al final del día.
- Subdivide las tareas en pequeñas acciones. Todas las actividades se pueden dividir en pequeños pasos, al inicio puede parecer una pérdida de tiempo pero lo cierto es que al final saldrás ganando. Estructurar los proyectos o las grandes tareas en pasos que persigan objetivos más modestos te permitirá organizar mejor el trabajo, hará que desaparezca la sensación de agobio y, sobre todo, es más motivador ya que cada vez que des un paso, por muy pequeño que sea, sentirás que estás avanzando y que vas por el buen camino.
- Establece un orden de prioridad. Con el paso de las horas la fatiga nos asalta y nuestro ritmo de trabajo se resiente, nos sucede a todos. Por eso, no solo es importante que determines las tareas que debes hacer a lo largo del día sino también que les des un orden de prioridad. Asegúrate de programar las tareas más importantes o complejas para las horas en que eres más productivo y deja las tareas rutinarias para esos momentos en los que disminuye tu nivel de concentración. De esta manera el trabajo fluirá mejor y no sentirás que estás nadando contracorriente.