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Jul 2016 

Ahogamiento secundario: cuidado con las piscinas y los niños en verano

La llegada del verano y el hábito saludable de acudir a la piscina en familia implica asimismo la responsabilidad de conocer los riesgos mortales que pueden entrañar accidentes acuáticos como el ahogamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional a escala mundial, siendo la segunda en Europa en menores de 19 años.

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Asimismo, ha sido considerada como la primera causa de mortalidad inintencionada capaz de ser prevenida, que afecta generalmente a niños y jóvenes adultos. En este sentido, los expertos han insistido en la importancia de que los padres sean conscientes de una de sus graves y, al mismo tiempo, desconocidas consecuencias, el denominado “ahogamiento secundario”. Descubrir sus principales síntomas y medidas de actuación es crucial para actuar con celeridad y poder salvar la vida de nuestros pequeños ante este tipo de episodios.

¿Qué se entiende por “ahogamiento secundario”?

Cuando hablamos de “ahogamiento” los especialistas en este ámbito aluden a una definición global que fue consensuada en 2002, y que se refiere al “proceso que resulta del daño o lesión primaria de la vía respiratoria por sumersión o inmersión en un medio líquido” (World Conference on Drowning Prevention, WCDP). En este sentido, los médicos han destacado una grave consecuencia del ahogamiento, la que puede producirse a las pocas horas en personas que han sobrevivido a uno de estos accidentes en el agua. El ahogamiento secundario no es, por tanto, un tipo diferente de ahogamiento, sino una serie de complicaciones que pueden aparecer entre las 15 y 72 horas después de la inmersión, y que pueden conducir a la muerte.

Principales síntomas

Según explica el doctor Cesar Augusto Arango, se trata de un episodio que puede ocurrirle a una persona que se ha recuperado inicialmente de un “semi-ahogamiento” y a las “6-24 horas experimenta una insuficiencia respiratoria aguda grave”. Los enfermeros Aurelio Rodríguez y Antonia María Gómez han destacado que algunos de los principales síntomas incluirían: dificultad respiratoria, sonidos extraños al respirar, ronquidos, toser con fuerza, sensación de cuerpo extraño, posible falta de consciencia…

Qué hacer en caso de ahogamiento secundario y cómo prevenirlo

El tiempo es el principal factor que juega en nuestra contra en un caso de ahogamiento secundario. Se recomienda ser extremadamente cuidadoso en la vigilancia de los síntomas que pueden experimentarse tras la reanimación en un accidente acuático. Por ello, ante la más mínima sospecha se aconseja acudir a un centro médico para que se realicen las pruebas pertinentes (radiografía, análisis de sangre…).

Diversas asociaciones de pediatría han difundido varias medidas de prevención que deben tenerse en cuenta. La principal medida para prevenir los ahogamientos consiste en no olvidar la supervisión de los niños en cualquier medio acuático y mantenerlos siempre a una distancia a la que puedas llegar fácilmente. Destacan asimismo la obligatoriedad del salvavidas, el cercado de las piscinas en casas privadas para evitar el acceso de los pequeños y la adecuación de la profundidad de las piscinas por edades.

Fuentes:

ARANGO POSADA, Cesar Augusto. 2005. “Ahogamiento y casi ahogamiento”. Archivos de Medicina. Vol. 10. pp. 42-50.

RUBIO, B et al. 2015. “Recommendations for the prevention of drowing”. Anales de Pediatría. 82 (1): 43.e1-43.e5

OMS. 2014. “Ahogamientos”. Centro de Prensa. Nota descriptiva N°347.

RODRÍGUEZ GARCÍA, Aurelio; GÓMEZ GARCÍA, Antonia María. 2014. “Manejo inicial del casi ahogamiento e hipotermia por inmersión”. Ene. Revista de Enfermería. Vol. 8  (No 1).