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Ago 2014 

5 errores de la comunicación extraverbal que debes evitar

Somos verdaderos especialistas leyendo el lenguaje corporal, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Sin embargo, podemos determinar si confiamos en una persona o si nos resulta agradable en cuestión de pocos segundos. Nuestro cerebro analiza cada una de las señales que envía nuestro interlocutor y nos permite formarnos una primera impresión, que determinará nuestra actitud y, por consiguiente, el curso de la conversación.

Eso también significa que los demás nos están leyendo continuamente y que aprender a enviar las señales justas puede ser de gran ayuda, sobre todo en una entrevista de trabajo o cuando debemos negociar algo. Recuerda que la comunicación es como un baile, cada una de tus acciones provoca una reacción en el otro. Por tanto, si te muestras relajado y abierto al diálogo, es probable que tu interlocutor lo perciba y adopte una actitud similar pero si adoptas posturas defensivas, la otra persona se mostrará recelosa y llegar a un acuerdo o causar una buena impresión será más complicado.

¿Cuáles son los gestos y movimientos que deberías erradicar?

  • Cruzar los brazos a la altura del pecho. Se trata del gesto defensivo por antonomasia y suele indicar que te estás cerrando al diálogo y que no te interesa valorar los argumentos de tu interlocutor. Esta postura se convierte en una señal de alarma para la otra persona y probablemente la llevará a asumir una actitud defensiva. Por tanto, intenta mantener los brazos a ambos lados del cuerpo o sobre la mesa.
  • Inclinarse demasiado hacia delante. Este movimiento normalmente denota interés pero cuando la inclinación es excesiva puede ser interpretada como un gesto de agresividad, sobre todo si el espacio que os separa no es muy grande. Por eso, en un entorno social, la apuesta más segura es adoptar una posición neutral pues inclinarse demasiado hacia atrás indica arrogancia y superioridad.
  • Romper el contacto visual muy pronto. Una de las señales principales que tenemos en cuenta en el momento de valorar si una persona es confiable o no, es el contacto visual. Por eso, si rehúyes la mirada o rompes el contacto visual demasiado rápido, es probable que tu interlocutor piense que le estás ocultando algo o que no confías lo suficiente en ti mismo.
  • Asentir demasiado con la cabeza. Asentir a lo largo de un discurso cuando estamos de acuerdo con las ideas expuestas es un gesto automático pero asentir demasiado puede volverse en tu contra ya que deja de ser un signo de simpatía y escucha activa para convertirse en una señal inconsciente de sumisión y falta de criterio propio.
  • Sonreír excesivamente. Una sonrisa es muy eficaz para romper el hielo y transmitir la sensación de confianza pero sonreír demasiado puede llegar a ser contraproducente, sobre todo cuando se trata de una sonrisa falsa ya que la mayoría de las personas son capaces de distinguir una sonrisa verdadera de una forzada. Por consiguiente, sonreír demasiado le puede restar credibilidad a tu mensaje y puede hacer que tu interlocutor se sienta incómodo y no confíe en ti.