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Feb 2013 

¿Tienes hijos pequeños? El aprendizaje en el hogar es cuestión de juego

 

Los niños nacen con un potencial casi ilimitado. Durante los primeros años de vida el cerebro del pequeño es como una esponja que absorbe prácticamente cualquier tipo de información que esté a su alcance. Por eso la estimulación temprana es uno de los pilares esenciales de la educación y son los padres los encargados de potenciarla.

De seguro, la vía más adecuada para que los niños aprendan es el juego. A través del juego los pequeñines se divierten y logran darle un sentido al mundo que les rodea, desarrollando al máximo sus potencialidades. Obviamente, existen algunos juguetes y juegos que son más instructivos que otros.

Un juguete para cada edad

En los últimos años se ha ido conformando la idea de que mientras más complejos y sofisticados sean los juguetes, más aprenderá el niño. Esta creencia impulsa a los padres a gastar muchísimo dinero en juguetes que, a la larga, no ofrecen los resultados que se esperaban.

En realidad, debes saber que cada etapa del desarrollo demanda sus propios juguetes. Cuando el niño es grande, se aburrirá con los juguetes de un bebé y un recién nacido no podrá sacarle provecho a los juguetes diseñados para niños de mayor edad.

Cuando el bebé aún no ha cumplido su primer añito su principal prioridad es descubrir el mundo a través de los sentidos. Por eso se recomiendan juguetes que se puedan llevar a la boca, que emitan sonidos y que tengan colores fuertes y diferentes texturas. De esta manera estarás potenciando el desarrollo de sus cinco sentidos.

Cuando el niño comienza a crecer sus necesidades van cambiando. Entonces ha llegado el momento de incluir juguetes más sofisticados, podrás comprarles muñecos para que aprendan a distinguir las diferentes partes del cuerpo, juegos de construcción para que desarrollen la coordinación manual, juegos de estimulación lingüística (incluso en otro idioma) y rompecabezas de pocas piezas para que vayan desarrollando la percepción y el pensamiento.

Alrededor de los tres años tiene lugar un cambio trascendental: el niño aprende a diferenciarse de los demás y comienza a desarrollar su propia personalidad. Para facilitar este proceso, se recomienda que alrededor de los dos años se vayan insertando los juegos de imitación simbólica (como las granjas con animales, las cocinitas, los juguetes que representan oficios…) y también se pueden incluir los disfraces y los títeres para representar historias sencillas.

La seguridad ante todo

Para los niños pequeños el gusto es uno de los sentidos fundamentales a través del cual exploran el mundo. Por eso suelen llevarse a la boca prácticamente cualquier cosa que caiga en sus manos. Cuando vayas a comprar los juguetes, cerciórate de que son 100% seguros.

En primer lugar, revisa la etiqueta buscando el símbolo CE, utilizado para indicar que la fábrica que los produce ha cumplido con todas las normativas de seguridad impuestas por la Unión Europea. En la etiqueta se debe indicar que son resistentes al fuego y que no contienen sustancias tóxicas; por ende, son seguros si se llevan a la boca o si están en contacto permanente con la piel. Finalmente, verifica que los juguetes no se pueden romper con facilidad.