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Nov 2017 

¿Qué contienen realmente los productos “zero”?

Te contamos cómo surgieron los productos “zero” y qué se esconde realmente tras esta denominación.

Los productos “zero” se han convertido en un gran reclamo, llenan los estantes de los supermercados y protagonizan cada vez más anuncios publicitarios. La industria alimentaria los promociona como productos más saludables que las versiones tradicionales. Sin embargo, ¿son realmente más beneficiosos para nuestra salud?

¿En qué se diferencia un producto “zero” de la versión “light”?

Los productos “light” fueron los primeros en ocupar los estantes de los supermercados. De hecho, se trata de una etiquetación admitida por la Unión Europea que implica que ese producto tiene un 30% menos de calorías que la versión original, lo cual se puede conseguir substituyendo el azúcar con edulcorantes artificiales o usando sustitutos grasos.

Sin embargo, hace unos años se constató que muchos de los productos etiquetados como “light” que estaban a la venta, entre los cuales se encuentran desde refrescos hasta quesos y embutidos, en realidad no cumplían con esa normativa, superando el límite de calorías que marcaban las versiones convencionales del alimento.

Como resultado, la industria alimentaria adoptó una nueva estrategia y comenzó a etiquetar algunas variantes de esos mismos productos como “zero”, una idea que algunas marcas de cervezas ya usaban para indicar los productos que no contenían alcohol.

Esta estrategia de marketing ha dado resultado. Está convenciendo a muchos consumidores, hasta el punto que los productos “zero” le están ganando la batalla a la versión “light”. Ahora mismo en España, una de cada tres Coca-Colas que se venden son “zero”, lo cual se debe a que percibimos que se trata de una versión más saludable.

Menos calorías no es sinónimo de saludable

Una de las principales confusiones con las que juega la industria alimentaria es la creencia de que los productos “zero” o “light” son más saludables, de manera que las personas piensan que pueden incrementar su consumo o incluso perder peso. Sin embargo, el hecho de que un alimento tenga menos calorías que su versión original no significa que sea saludable ni que deba formar parte de la dieta cotidiana, como es el caso de los refrescos y donuts.

Por otra parte, es necesario comprender que la etiqueta “zero” normalmente se refiere a un ingrediente concreto, como puede ser el azúcar o la grasa. Obviamente, si un producto tiene la etiqueta “zero azúcares” pero sigue siendo dulce, significa que el fabricante compensa el sabor añadiendo otros ingredientes, que no siempre son más saludables. De hecho, para disminuir la composición grasa de un alimento, a menudo se añade una mayor cantidad de azúcar, sal y almidón, lo cual hace que el producto siga siendo poco saludable o incluso sea más dañino que su versión convencional.

La decisión más inteligente es no dejarse llevar por la publicidad y leer atentamente todos los ingredientes, que normalmente se listan en orden decreciente según su presencia en el producto. Así podrás formarte una idea más completa de la composición de ese alimento y elegir la versión más saludable de verdad.