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Mar 2017 

¿Es más conveniente la luz o el gas para cocinar?

¿Cocina a gas, vitrocerámica o placa de inducción? Te damos algunas pistas para que elijas el tipo de cocina que mejor se ajuste a tus necesidades, hábitos y bolsillo.

Las vitrocerámicas y las placas de inducción se están imponiendo sobre las cocinas a gas pues no solo son más prácticas y ganan en estética sino también más seguras. Sin embargo, si estás pensando en reformar tu cocina, antes de decantarte por uno u otro modelo, es conveniente que incluyas otra variable en la ecuación: el costo.

El costo de los electrodomésticos y la energía que consumen

El primer factor de la ecuación se refiere al costo del electrodoméstico. Comprar una encimera de gas no representa un gran gasto ya que algunas ni siquiera superan los 100 euros. Sin embargo, las encimeras eléctricas son más caras: los modelos más económicos prácticamente duplican el costo de una cocina a gas, sobre todo si se trata de una placa de inducción.

Si eliges la placa de inducción también tendrás que comprar el menaje de cocina. Este electrodoméstico funciona creando un campo electromagnético variable, el cual induce el calentamiento de los materiales ferromagnéticos cuando estos entran en contacto con la placa. Esto significa que los recipientes que uses tienen que ser de metales magnéticos, como el hierro y el acero inoxidable. Si usas recipientes de acero fino normal, aluminio o barro, la placa no los detectará y no se activará.

El segundo factor a considerar es el precio de la luz ya que en las últimas semanas ha fluctuado mucho, incluso para la tarifa regulada PVPC. De hecho, en algunos casos ha llegado a ser hasta diez veces más caro que la tarifa media de gas natural. Por eso, la opción más económica para cocinar es el butano ya que no existe la necesidad de añadir ningún coste fijo, como el término fijo que se aplica al gas.

Según un informe elaborado por Ipsom, una empresa de consultoría energética, el año pasado el precio de la electricidad en el mercado mayorista osciló entre los 59,42 €/MWh registrados en el mes de diciembre hasta los 24,11 €/MWh, el mínimo registrado en abril. En el caso del gas, el precio subió en diciembre hasta fijarse en 23,00 €/MWh y en abril tocó su mínimo, 13,30 €/MWh.

Tus necesidades, hábitos y preferencias también cuentan en la ecuación

En un primer momento, la inducción es la opción más cara, además de representar una inversión inicial más elevada. Sin embargo, tiene a su favor que calienta más rápido que la vitrocerámica y no emite calor residual, por lo que requiere menos energía eléctrica. De hecho, como el calor se genera directamente sobre la base del recipiente el tiempo de precalentamiento se reduce a la mitad.

Además, su mantenimiento es mucho más sencillo que el de una cocina a gas, la cual no solo es más insegura sino que exige revisiones periódicas para verificar que no se produzcan fugas. No obstante, quienes aman cocinar prefieren el gas porque les permite tener un mayor control sobre el calor.

En resumen, a la hora de elegir no debes fijarte únicamente en el costo y el tipo de instalación necesaria sino que también debes tener en cuenta tus necesidades y hábitos en la cocina. Si cocinas a menudo para muchas personas, quizá el gas es la mejor opción pero si no le das mucho uso y tienes una cocina pequeña, tanto la vitrocerámica como la placa de inducción podrían ser excelentes alternativas.

Fuente:

(2017, enero) Resumen de precios y estado de la electricidad y el gas en 2016. En: Ipsom.