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Abr 2013 

Los riesgos de trabajar demasiadas horas al día y su efecto en el hogar

Ya sea por los efectos de la crisis económica o por la vertiginosidad con la cual gira la vida cotidiana, lo cierto es que cada vez se trabaja más. Según datos publicados en la prestigiosa revista Psicothema, el 12% de los españoles son adictos al trabajo y el 8% de ellos trabajan un promedio de 12 horas al día. Otras estadísticas, provenientes de un estudio realizado por el Instituto de Estudios Económicos, indican que los españoles trabajan cada año una media de 277 horas más respecto a los alemanes y a otros once países de la Unión Europea.

Si a esto se le añade que en España se suelen hacer pausas muy largas para almorzar, podemos concluir que el tiempo que se le dedica al hogar y a la familia es bastante reducido. Sin embargo, en realidad la mayoría de las personas no son conscientes de estos hábitos y no saben cómo les afectan. Por eso, desde nuestra compañía de seguros queremos reflexionar sobre los riesgos que implica trabajar demasiadas horas al día.

Las relaciones familiares son las más afectadas

Sin lugar a duda, las relaciones interpersonales con la familia es la parte que resulta más afectada por las largas jornadas laborales, sobre todo si las personas deben realizar turnos de trabajo nocturnos o deben trabajar los días festivos. En realidad, las oportunidades para compartir con la pareja o los hijos son prácticamente inexistentes, sobre todo si se llega a casa muy tarde y agotado.

Por eso no es extraño que, si los miembros de la pareja no protegen su intimidad con uñas y dientes, al cabo del tiempo se conviertan en dos extraños que no tienen otro punto en común que un hogar y una familia que mantener. De seguro los elevados índices de divorcios también se deben a este problema.

Por otra parte, los niños crecen prácticamente sin las figuras paternas. Tanto es así que en los últimos años se ha acuñado un nuevo término: el abandono emocional. En práctica, con este vocablo se indica un fenómeno de maltrato infantil en el cual los padres están presentes pero, como trabajan demasiado, no les prestan toda la atención necesaria a sus hijos y estos no reciben suficiente amor, afecto, estimulación, apoyo y protección.

Las consecuencias para la salud

Más allá del deterioro en las relaciones interpersonales y familiares, trabajar demasiado también presupone un gran desgaste desde el punto de vista psicológico. En primer lugar, como las redes de apoyo de la persona se resienten cada vez más y no dedica tiempo suficiente para “desconectar” y relajarse, el estrés y todas las consecuencias que este acarrea no tardan en aparecer.

Por otra parte, numerosos estudios han desvelado que trabajar demasiado aumenta el riesgo de sufrir depresión pero también de padecer de insomnio, irritabilidad y otros síntomas en el plano físico como los dolores de cabeza, los problemas gastrointestinales y las patologías dermatológicas.

Los riesgos son aún mayores si se desarrolla un trabajo sedentario. Cuando pasamos mucho tiempo sentados (más de 4 horas diarias), se comprimen los vasos sanguíneos y esto hace que el músculo no reciba el aporte de oxígeno y glucosa necesarios. Además, se produce una compresión constante sobre los discos intervertebrales. Todo esto aumenta las probabilidades de sufrir trastornos musculo-esqueléticos y de padecer problemas de circulación sanguínea.

Fuentes:
(2012, Octubre) Los españoles trabajan más que los alemanes. En: Intereconomía.
Líbano, M.; Llorens, S. & Salanova, M. (2010) Validity of a brief workaholism scale. Psicothema; 22(1): 143-150.