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Jul 2014 

Los alimentos enlatados: ¿Son seguros?

Tienes prisa o quizás has tenido un día tan ajetreado que no tienes fuerzas para cocinar, entonces recurres a una lata, la abres y ya tienes la cena lista. Esta situación es bastante común y prácticamente todos la hemos reproducido en nuestros hogares en alguna ocasión. Es obvio que la comida enlatada no tiene el mismo sabor que los alimentos frescos pero la pregunta verdaderamente importante es si representa algún riesgo para nuestra salud.

Los fabricantes de alimentos enlatados afirman que se ha avanzado mucho desde los albores de esta industria. En teoría, el proceso de manufactura garantiza que los alimentos no entren en contacto directo con el metal y tienen un sellado al vacío que impide la formación de microorganismos. Además, muchas de las latas son reciclables por lo que nos ayudan a proteger el medio ambiente. Sin embargo, algunas investigaciones han puesto en tela de juicio estos beneficios.

¿Qué sucede si comes sopa enlatada durante 5 días?

Esta pregunta se la platearon investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y para responderla reclutaron a 75 personas. Algunas comieron durante cinco días sopa enlatada y otras su equivalente pero elaborada con productos frescos. A lo largo de la semana todos los participantes fueron sometidos a análisis de orina.

Así se descubrió que las personas que habían ingerido sopa enlatada presentaban un aumento del 1221% en la concentración de bisfenol A en la orina, un fenómeno que no se apreció en quienes habían comido la sopa hecha con ingredientes frescos.

El bisfenol A es un producto que se utiliza para crear plásticos y resinas pero que también se encuentra en el recubrimiento de las latas que contienen alimentos, así como en los envases de plástico. En 2010 el primer país en declarar que esta sustancia era tóxica fue Canadá y después le siguió la Unión Europea, que ha prohibido su uso en los artículos infantiles.

El bisfenol A está catalogado como un disruptor endocrino, lo cual significa que puede alterar nuestro equilibrio hormonal. De hecho, en pruebas de laboratorio se ha podido apreciar que esta sustancia provoca un aumento de peso y altera los niveles de glucosa. También se le ha vinculado con enfermedades cardiovasculares y la diabetes, aunque en la actualidad no se conoce cuáles son los niveles tóxicos para una persona adulta.

Más razones a considerar

Más allá de los componentes del envase, que no se especifican en la etiqueta del producto, la comida enlatada también presenta otras desventajas:

–       Cuando los alimentos se someten a elevadas temperaturas, principalmente para aumentar el tiempo de conservación, algunos pierden gran parte de sus propiedades nutricionales, sobre todo las vitaminas. Si bien es cierto que algunas propiedades se potencian, como la cantidad de ácidos grasos esenciales en los pescados.

–       Para mantener durante mucho tiempo el alimento se le suelen añadir conservantes por lo que muchos productos enlatados tienen una elevada concentración de sodio, que en algunos casos puede llegar a quintuplicarse si se compara con el alimento fresco.

¿Cuál es la decisión más inteligente?

Como no siempre tenemos tiempo para cocer los alimentos frescos, una buena idea es comprar los alimentos en envases de cristal, que son mucho más seguros. También puedes hacer tus propias conservas en casa y, en última instancia, fijarte en la fecha de elaboración del producto enlatado y consumirlo lo antes posible.

Fuente:
Carwile, J. L. et. Al. (2011) Canned Soup Consumption and Urinary Bisphenol A: A Randomized Crossover Trial. JAMA; 306(20): 2218-2220.