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Ene 2014  ,

La tecnología al servicio de la seguridad en los coches

En las últimas décadas se ha avanzado muchísimo en materia de seguridad vial, sobre todo en lo que respecta a los sistemas de seguridad de los coches. Basta pensar que hace 35 años los frenos antibloqueo no existían y que los airbags también son un invento relativamente reciente. Afortunadamente, hoy contamos con coches más seguros que reducen las probabilidades de que los accidentes tengan consecuencias nefastas para el conductor y los ocupantes.

La evolución de los sistemas de seguridad en los coches españoles

Aunque la crisis económica ha frenado un poco la renovación del parque automovilístico español, aún así es posible apreciar los efectos que ha tenido la tecnología aplicada a los coches. De hecho, se estima que en los últimos diez años, tanto los dispositivos de seguridad pasiva de los coches como los que desempeñan un rol activo, han logrado reducir hasta en un 65% el número de personas fallecidas en los accidentes de tráfico.

Los dispositivos más difundidos que hacen que los coches españoles sean más seguros son: los airbags frontales, el sistema de frenado de tipo antibloqueo (ABS) y el control de la dirección y de la estabilidad (ESP). Por otra parte, algunas tecnologías, como el reparto electrónico de la frenada (EBV) y el servofreno de emergencia (BAS) han tenido una difusión más escasa ya que su inclusión aumenta demasiado el precio final del coche.

Por supuesto, otros dispositivos de seguridad prácticamente han desaparecido, como es el caso del airbag de rodillas. Este invento se introdujo en Europa allá por el 2002 y consistía en una bolsa de aire situada debajo del volante cuyo objetivo era reducir las lesiones en la zona de las piernas y evitar el contacto de la rodilla y la espinilla con la columna. Vale aclarar que algunos modelos la siguen incorporando pero muchos turismos convencionales ya no lo hacen, sobre todo porque la crisis ha obligado a los fabricantes de coches a eliminar algunos extras en aras de ofrecer un precio más competitivo.

Una mirada al futuro cercano

Fabricar coches más seguros no solo significa proteger al conductor y los pasajeros sino también prever los accidentes. En este sentido también se ha avanzado mucho. Por ejemplo, el Opel Eye es un dispositivo del tamaño de un teléfono móvil que se coloca detrás del espejo retrovisor y se encarga de leer lo que sucede en la carretera. Este aparato detecta las señales que indican un límite de velocidad y le avisa al conductor si la ha sobrepasado. Además, también le indica los cambios involuntarios de carril.

Otro invento que nos ayudará a conducir más seguros consiste en una cámara de vídeo situada en el parabrisas que capta diferentes señales que pueden indicar que el conductor tiene sueño, como la velocidad con la cual parpadea, el grado de apertura de los ojos y la dirección de la mirada. De esta forma, si considera que el conductor se está quedando dormido, emite una señal de alarma para que este se despierte.