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Ene 2017 

El impuesto sobre las bebidas azucaradas ¿Una solución para combatir la obesidad?

La OMS está a favor de un impuesto especial sobre las bebidas azucaradas para combatir la epidemia de obesidad y diabetes. En España ya se ha validado la medida, aunque aún no se ha establecido cómo y cuándo se aplicará. No obstante, un estudio británico muestra cómo podría beneficiar nuestra salud.

La diabetes y la obesidad se han convertido en auténticas epidemias a nivel mundial. El número de casos de diabetes se ha cuadruplicado desde 1980 y el número de personas que padece obesidad se ha multiplicado por seis desde 1975. Tanto la diabetes como la obesidad son una causa importante de insuficiencia renal, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, aunque lo más preocupante es que estos problemas de salud se están diagnosticando a edades cada vez más tempranas.

Un impuesto para gravar las bebidas con más azúcar

Ante la magnitud del problema, la propia OMS ha pedido que se aplique un impuesto sobre las bebidas azucaradas, una medida que México, Reino Unido y Francia ya han aprobado y que se está debatiendo en otros países, España entre ellos.

De hecho, hace apenas unos días el Congreso validó la subida del impuesto a las bebidas azucaradas, aunque aún no se ha determinado qué gravamen se aplicará y si afectará solo a los refrescos o también a las aguas con sabor, los néctares y los zumos envasados. Aún así, es probable que se aplique un modelo escalonado, similar al catalán y el británico, según el cual el gravamen depende de la cantidad de azúcar por cada 100 mililitros que contengan las bebidas.

Con esta medida Hacienda planea recaudar unos 200 millones de euros al año, razón por la cual muchos afirman que tiene un carácter meramente recaudatorio y que su objetivo final no es combatir la obesidad y la diabetes. De hecho, una legislación que pretenda promover una alimentación más saludable debería gravar todos los productos con un contenido excesivo de azúcar y reducir los impuestos de los alimentos más sanos. Aún así, no es menos cierto que las bebidas azucaradas representan un gran peligro para la salud ya que son las más consumidas, sobre todo por los jóvenes. Basta pensar que una sola lata de refresco aporta más del 100% del azúcar que deberíamos consumir en un día.

¿Cuáles serían los resultados de esta medida?

Investigadores de las universidades de Oxford, Cambridge, Reading y Otago han modelado qué pasará cuando en 2018 las embotelladoras se vean obligadas a pagar el impuesto que instaurará el gobierno británico. Según este estudio, para pagar menos impuestos es probable que las embotelladoras reduzcan en un 30% la cantidad de azúcar que contienen las bebidas más dulces y en un 15% las que se catalogan en la franja intermedia.

En términos de salud esto significaría una disminución de 10 kilocalorías menos por persona al día. De esta manera, los investigadores afirman que en un año 144.383 personas dejarían de ser obesas, se diagnosticarían 19.094 casos menos de diabetes y 269.375 personas no tendrían que acudir al dentista por caries y/o pérdida de dientes.

Sin embargo, también alertan que podría producirse otro escenario: las embotelladoras podrían limitarse a trasladar el impuesto a los consumidores, como en México, donde el gravamen sobre las bebidas azucaradas es del 10%. En ese caso, en tan solo dos años el consumo de estas bebidas ha disminuido en un 6%, pero ha aumentado el de zumos y refrescos con edulcorantes artificiales.

 

Fuentes:

(2016, diciembre) El Congreso valida la subida de impuestos del alcohol, tabaco y bebidas azucaradas. En: El Confidencial.

Briggs, A. D. et. Al. (2016) Health impact assessment of the UK soft drinks industry levy: a comparative risk assessment modelling study. The Lancet; S2468-2667(16)30037-8.

Padrón, G. et. Al. (2015) Experiencia de México en el establecimiento de impuestos a las bebidas azucaradas como estrategia de salud pública. En: Organización Panamericana de la Salud.