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Jun 2016 

El estrés tecnológico: ¿Cómo nos afecta al volante?

Los coches llenos de tecnología pueden ser una fuente de estrés y, en vez de favorecer la conducción, pueden terminar afectándola. Te explicamos qué es el estrés tecnológico y cómo evitarlo cuando te pones al volante.

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La concentración es fundamental a la hora de ponerse al volante. Sin embargo, nuestra atención puede verse afectada por numerosos factores, entre ellos el estrés. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Edimburgo desveló que cuando las personas están estresadas suelen responder más rápido ante los estímulos pero con menos precisión.

La explicación a este fenómeno llega de la mano de investigadores de la Universidad Heinrich-Heine, quienes estudiaron los electroencefalogramas de personas sometidas a estrés y notaron que en ese estado no eran capaces de diferenciar los estímulos relevantes de los que no lo son. Por tanto, es fácil suponer que el estrés al volante puede tener consecuencias fatales, y la tecnología que incluyen los coches modernos no siempre juega a nuestro favor.

¿Qué es el estrés tecnológico?

El estrés tecnológico se refiere a esa sensación aprensiva y de ansiedad provocada por el uso de la tecnología, sobre todo de los dispositivos móviles. Este tipo de estrés está generado, en gran parte, por la necesidad de estar siempre conectados, lo cual provoca una tensión continua y nos impide relajarnos o establecer una distancia de los conflictos personales o laborales.

Por otra parte, el desarrollo continuo de la tecnología, las nuevas aplicaciones y la actualización de los sistemas informáticos también provoca estrés, sobre todo en las personas mayores de 40 años, que no dominan bien estas herramientas y a las que les resulta más difícil aprender a usarlas.

Los coches no nos lo ponen más fácil. De hecho, los modelos más modernos vienen equipados cada vez con más tecnología. En teoría, esos nuevos elementos tienen el objetivo de facilitar la conducción y mejorar la seguridad pero si no sabemos utilizarlos bien, pueden generar una dosis adicional de estrés.

El exceso de información puede agobiar

En los últimos años se han incorporado en los coches de serie diferentes dispositivos de seguridad, como los detectores de ángulo muerto, señales de tráfico y cambio de carril, la frenada de emergencia autónoma, los sistemas de visión nocturna y los sensores de aparcamiento. Sin embargo, en algunos casos la cantidad de datos que se puede visualizar y el número de sistemas que hay que mantener bajo control pueden causar fatiga en el conductor o incluso distraerlo de la carretera.

Recibir tanta información y tan rápido puede saturarnos y hacer que nos bloqueemos. En práctica, el problema se debe a que nuestro cerebro no es capaz de procesar tanta información a la vez y tomar todas las decisiones necesarias, lo cual podría dar pie a maniobras erróneas que pongan en peligro nuestra seguridad en la carretera.

¿Cuál es la solución más inteligente?

En primer lugar, si sentimos que estamos demasiado tensos y estresados, no deberíamos conducir. Sería conveniente aplicar alguna técnica de relajación que nos ayude a recobrar la calma antes de ponernos al volante.

En segundo lugar, es conveniente que conozcamos al detalle los sistemas tecnológicos que se encuentran instalados en el coche, y que sepamos usarlos con soltura, para que no se conviertan en una distracción mientras conducimos.

Fuentes:

Sänger, J. et. Al. (2014) The influence of acute stress on attention mechanisms and its electrophysiological correlates. Frontiers in Behavioral Neurosciences; 8: 353.

Abrahams, S. & Chedburn, S. (2010) The Effect of Stress on Selective Attention in Healthy Young Adults. Edinburgh Research Archive.