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Dic 2015 

¿Cuánto daño nos hace la contaminación del aire?

La contaminación del aire es un problema cada vez más preocupante, sobre todo en las grandes ciudades, donde el tráfico es incesante. Te desvelamos los riesgos que implican las partículas finas para tu salud.

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Hace poco China se vio obligada a detener la producción de más de 2.000 fábricas para intentar reducir la contaminación que se cierne sobre Beijing. La concentración de partículas PM 2,5, que son particularmente dañinas para la salud, superaba 27 veces el límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

En España la polución no llega a estos niveles pero ciudades como Madrid se han visto obligadas en varias ocasiones a tomar medidas extraordinarias para combatir ese tipo de niebla contaminante. ¿Por qué la polución del aire es tan alarmante? ¿Cuánto daño puede hacernos?

Las partículas finas: Un asesino silencioso

En un primer momento la polución del aire, sobre todo cuando se despliega una capa densa de color gris, provocaría picor en la garganta y los ojos, así como sequedad en las mucosas, fundamentalmente en la nariz y la boca. También puede causar dificultades respiratorias en las personas más sensibles y en aquellas que ya padecen enfermedades pulmonares.

A largo plazo los efectos son aún más preocupantes. En este sentido, un estudio realizado recientemente por la Agencia Europea de Medio Ambiente desveló que la contaminación del aire es la causa de casi medio millón de muertes en los diferentes países de la Comunidad Europea y acorta nuestra esperanza de vida en tres años. El principal problema es la exposición a las partículas finas, que en España causa más de 25.000 muertes prematuras cada año.

Las partículas más pequeñas, denominadas PM 2,5, son las más peligrosas porque no solo permanecen durante más tiempo en el aire sino que también pueden afectar diferentes órganos. Esas partículas están causadas, en su mayor parte, por la actividad industrial, el transporte y los coches diesel, aunque en los últimos tiempos las emisiones de las zonas comerciales y los hogares también han contribuido a un aumento de la polución ambiental.

Como se trata de partículas mucho más finas que un cabello humano, no es extraño que terminen en nuestros pulmones. Por eso, las altas concentraciones de PM 2,5 en el aire se han vinculado a un aumento de los casos de asma, bronquitis y neumonía, además de una mayor tasa de mortalidad debido a enfermedades respiratorias. Sin embargo, estas partículas no se limitan a depositarse en los pulmones.

Investigadores de la Universidad de Harvard han realizado diferentes estudios en los que han podido demostrar que estas partículas se introducen en el sistema sanguíneo y llegan al corazón, aumentando la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Bebés y ancianos: Los grupos más expuestos

Las partículas finas también afectan a los bebés desde que están en el vientre de la madre. Se ha apreciado que un nivel de contaminación alto del aire incrementa hasta en un 20% el riesgo de sufrir partos prematuros y tener bebés bajo peso o con defectos de nacimiento. Además, estos niños tienen un mayor riesgo de sufrir problemas respiratorios, digestivos y cerebrales durante sus primeros años de vida.

Las personas de la tercera edad tampoco escapan a los riesgos que implica la polución del aire. Un estudio llevado a cabo por investigadores del Rush University Medical Center desveló que las personas que viven en las zonas donde el aire está más contaminado muestran un mayor declive cognitivo con el paso del tiempo. Esto se debe a que las partículas finas desencadenan un proceso inflamatorio en el cerebro, que es la antesala de las enfermedades neurodegenerativas.

 

Fuentes:

(2015) Air quality in Europe. En: European Environment Agency.

Link, M. S. et. Al. (2013) Acute Exposure to Air Pollution Triggers Atrial Fibrillation. Journal of American College of Cardiology; 62(9): 816-825.

Weuve, J. et. Al. (2012) Exposure to Particulate Air Pollution and Cognitive Decline in Older Women. Archives of Internal Medicine; 172(3): 219-227. 

Ritz, B. & Wilhelm, M. (2008) Ambient air pollution and adverse birth outcomes: Methodologic issues in an emerging field. Basic Clin Pharmacol Toxicol; 102:182-190.