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Oct 2014 

Cinco buenos hábitos que ha traído la crisis económica

En el imaginario popular la crisis económica ha adquirido una acepción negativa. Sin embargo, la palabra crisis también significa oportunidad por lo que en ocasiones tan solo es necesario cambiar el prisma a través del cual analizamos las situaciones. De hecho, después de varios años de crisis, muchos de nuestros hábitos han cambiado.

¿Cómo nos ha cambiado la crisis?

  • Somos más selectivos. Como hemos tenido que reducir nuestro presupuesto, ahora reflexionamos un poco más antes de aceptar la primera oferta, una tendencia que se aprecia prácticamente en cualquier esfera, desde los seguros hasta los viajes o incluso en la compra de alimentos. El consumidor medio es más consciente, investiga, busca calidad y compara precios, un excelente hábito que nos permite estar seguros de que compramos lo que realmente necesitamos.
  • Somos más ahorradores. La inestabilidad que ha permeado el mercado laboral y las dificultades para poder pagar las deudas han hecho que muchas personas se replanteen sus hábitos de compra y piensen más en ahorrar, tanto es así que el año pasado las familias españolas dedicaron casi el 15% de sus ingresos al ahorro. Además, los fondos de pensiones también han aumentado a raíz de la crisis ya que muchos quieren asegurar su futuro y complementar la pensión estatal que recibirán en el momento de su jubilación.
  • Tenemos más cuidado al invertir. A raíz de la crisis, la mayoría de las personas han ampliado sus conocimientos financieros y ahora se lo piensan dos veces antes de firmar cualquier tipo de contrato de inversión financiera. A la larga, esta actitud más precavida no solo nos permite mantener a salvo nuestros ahorros sino que también obliga a los bancos a elegir mejor los productos que les ofrecen a sus clientes y, de cierta forma, contribuye a que el mercado siga derroteros más éticos. Por otra parte, también aprendimos que la casa no siempre es un bien que se revaloriza y que en ocasiones es mejor alquilar que comprar.
  • Hemos simplificado la vida. La sociedad suele generar diferentes necesidades que no son básicas para la subsistencia, de esta forma nos impulsa a comprar. Sin embargo, ante la necesidad de apretarse el cinturón, hemos dado un paso atrás para revalorar nuestras necesidades y determinar cuáles son realmente básicas y cuáles no. De esta manera hemos simplificado nuestra vida, lo cual no solo nos permite poner las cosas en perspectiva sino que también nos lleva a consumir menos y ser más respetuosos con el medio ambiente.
  • Hemos adoptado una actitud más proactiva. Aunque la crisis ha desanimado a muchos, en otras personas ha tenido un efecto movilizador y les ha motivado a comenzar su propio negocio desarrollando una actitud más proactiva y resiliente ante los problemas. Ahora le conferimos más importancia a la perseverancia y el esfuerzo alejándonos de las fórmulas facilistas.

 

Fuente:
(2013, Octubre) Las familias españolas dedican casi el 15% de sus ingresos al ahorro. En: Expansión.